Las promesas personales han inspirado novelas, películas e historias de vida en el ser humano, que no podemos dejar pasar inadvertidas. Nos motivan y movilizan hacia el desafío que llevan implícitas y nos ponen bajo presión al emitirlas, sobre todo si lo hacemos en contextos públicos o familiares que sin duda nos pondrán a prueba cada vez que nos lo recuerden.
¿Pero qué sucede con las promesas personales que nos realizamos a nosotros mismos? ¿Es más probable que las cumplas? Y si no lo haces, ¿cómo afecta esto a tu felicidad? ¿Alguna vez te has preguntado qué es más sincero, lo que te prometes a ti mismo o aquello que prometes a los demás? Hoy vamos a proponerte este tema que muchas veces genera una alta preocupación por el futuro, y cómo gestionarlo en función del concepto de felicidad.
La importancia de las promesas personales como seres humanos
Las promesas personales son compromisos que establecemos con nosotros mismos, reflejan nuestros valores, deseos y metas más íntimas. A menudo, se presentan como resoluciones o decisiones que creemos fundamentales para nuestro bienestar. Pero, ¿por qué a veces resulta tan difícil cumplirlas, y cómo impacta esto en nuestra felicidad?
1. La conexión entre la auto-promesa y la autoestima
Cuando cumplimos una promesa que nos hemos hecho, fortalecemos nuestra autoestima y autoeficacia.
Es un recordatorio de que somos capaces de actuar conforme a nuestros principios, lo que alimenta nuestra confianza en nosotros mismos ya que, «la palabra empeñada» adquiere un valor resolutivo y transformador de la realidad con que empezamos la promesa.
La autoestima es uno de los elementos más sensibles para el ser humano y cumplir una promesa, puede sin duda alguna, solidificar ese aspecto conforme más éxito logramos al cumplir sucesivas promesas.
2. El rol del diálogo interno en las promesas personales
El diálogo interno es clave en la formulación y cumplimiento de promesas personales. A través de la reflexión y el autoconocimiento, podemos identificar las promesas que realmente importan y alinearlas con nuestras verdaderas necesidades y deseos.
No debemos, sin embargo, apresurarnos a prometer sin un diálogo interno que nos permita tener el tiempo suficiente para evaluar, apreciar, sentir, observar y vivir situaciones que confirmen o descarten los elementos en juego para algo tan importante como las promesas personales.
3. La diferencia entre promesas externas e internas
Mientras que las promesas externas están influenciadas por las expectativas sociales, y muchas veces por presiones que podrían originarse en ideas tóxicas, lejanas, heredadas o simplemente mentiras, sin que, por supuesto existan motivaciones válidas, las promesas personales están motivadas por un deseo genuino de crecimiento y cambio.
Esta diferencia puede determinar la facilidad o dificultad con que las cumplimos, ya que también aportan los contextos, la energía mental, la disposición física automotivada y el permiso que nos damos para crear aquello en lo que creemos.
¿En qué nivel, externo o interno, eres más capaz de crear las condiciones necesarias para cumplir una promesa? Eso con el tiempo, deberías saberlo tú mismo.
4. La disciplina como herramienta para cumplir promesas personales
Cumplir una promesa personal requiere disciplina y compromiso constante, dos aspectos con los que puedes venir constituido de familia por pura costumbre o instruido por la cultura de tu comunidad. Más allá de ello, la disciplina puede instalarse en ti por necesidad, por la fuerza o por algún tipo de crisis existencial que amerita desarrollarla. El compromiso, sin embargo, nace desde dentro y si bien puede vincularse con alguien, es el compromiso personal mucho más sólido y perdurable.
La autodisciplina es el puente entre la intención y la acción, y su fortalecimiento nos permite alcanzar nuestras metas y mantener nuestra felicidad.
5. El impacto de las promesas incumplidas y la infelicidad
Alrededor de las promesas personales podemos experimentar sentimientos de culpa y frustración cuando no podemos cumplirlas por cuestiones nuevas en el camino (por ejemplo, la aparición de una situación que amerita considerar principios éticos), las energías nos debilitan y nos impiden físicamente involucrarnos o por algún evento exógeno que nos aleja del deseo de llegar a buen término con ellas.
Este incumplimiento puede erosionar nuestra autoestima y generar un ciclo de autocrítica que afecta negativamente nuestra felicidad.
¿Te sientes demasiado autocrítico? ¿Te juzgas demasiado ante tus errores o fallas? Quizá deberías examinar las condicionantes fuera de tu control en estos casos y ser más empático contigo, evitando lo nocivo en tu voz interior.
6. Estrategias para cumplir con tus promesas personales
Para mejorar nuestra capacidad de cumplir promesas personales, podemos considerar lo siguiente:
- Prometer de acuerdo a nuestro nivel o capacidad de finalizar lo que iniciamos.
- Si ya prometiste algo, y se convirtió en una meta por alcanzar, divídela en aspectos más pequeños y manejables.
- Crea un plan de acción: enumerar etapas, pasos, antecedentes, procesos y acciones centradas en logros, es una buena idea.
- Establece recordatorios que mantengan tus metas presentes en tus pensamientos.
- Fluye sin distracciones en la medida de lo posible.
7. El valor de la autenticidad en las promesas personales
Ser auténtico en nuestras promesas significa comprometerse con lo que realmente queremos y necesitamos, en lugar de lo que creemos que «deberíamos» querer. Esta autenticidad es clave para una vida feliz y plena.
¿Qué no debería ocurrir alrededor de tus promesas personales? ¡Nunca vivas la vida de alguien más al definirlas!
8. Cómo las promesas personales nos conectan con la felicidad
Las promesas personales, cuando son cumplidas, nos alinean con nuestras metas y valores más profundos, creando una sensación de congruencia y satisfacción que es esencial para la felicidad duradera.