Siempre hemos escuchado decir que «el dinero no puede comprar la felicidad», pero resulta una frase con la que emocionalmente nos enfrentamos a muchos sentimientos «por dentro». ¿Realmente es así? Vemos también el caso de mucha gente que externaliza en mayor medida lo que es (incluyendo los aspectos más oscuros) cuando está rodeada de dinero.
Lo cierto es que el dinero sí te da felicidad, pero es importante explorar a fondo este concepto para materializarla de modo que sea útil a nuestras vidas como una consecuencia de lo primero, sobre todo, dejando claro algo: la felicidad no depende exclusivamente del dinero, pero es innegable que este puede influir positivamente en nuestras vidas de diversas maneras.
El dinero sí te da felicidad
Vamos a explorar 6 formas en las cuales podemos encontrar que el dinero sí te da felicidad.
1. ¿Tiene sentido el «bienestar material» en la vida?
Uno de los aspectos más evidentes cuando entendemos que el dinero sí te da felicidad es el bienestar material.
Cuando tenemos un ingreso adecuado, quizá no el mayor y tampoco sentimos que debamos compararnos con los demás para saber si es correcto, vale más que podamos satisfacer nuestras necesidades más importantes. Cuando estas necesidades crecen hacia aspectos irrelevantes o hacia la «necesidad de cubrir nuestras inseguridades» entonces el dinero no crea felicidad.
Tener un ingreso económico adecuado nos brinda la capacidad de satisfacer nuestras necesidades básicas, como tener un techo sobre nuestra cabeza, comida en la mesa y acceso a atención médica. Estas condiciones son fundamentales para vivir una vida cómoda y segura, lo que a su vez contribuye a la felicidad.
2. Oportunidades para la realización de sueños
El dinero también nos da la oportunidad de perseguir nuestros sueños y pasiones y al lograr alcanzarlas, encontramos momentos de felicidad e inclusive de euforia. Sin embargo, debemos evaluar en qué momento deseamos lograr qué. Si andamos todo el tiempo gastando para «sentir el placer del corto plazo» y lo comparamos con los «logros que obtenemos en el mediano y largo plazo», evidentemente tendremos que decidir qué tamaño de sueños queremos para nuestra vida: ¿los efímeros o los trascendentales?
Ya sea viajar por el mundo, estudiar una carrera que amamos o emprender un negocio, tener recursos financieros nos permite dar rienda suelta a nuestras aspiraciones de mediano y largo plazo, una mayor satisfacción en este tipo de espacios de vida puede llevarte a cumplir sueños y alcanzar estados de felicidad con plenitud.
3. El dinero enfrente al «estrés financiero»
Sin dinero, las preocupaciones llegan a diario y a menos que seas dominante de un gran poder de autocontrol emocional en el espacio de tus finanzas cuando estas andan muy perjudicadas, la preocupación constante por los problemas financieros puede ser una fuente importante de estrés.
La felicidad que produce ser capaz de resolver este sentimiento conflictivo en tu interior se alcanza cuando tu dinero cubre los gastos y los imprevistos por afrontar. Y si bien es cierto que otros aspectos pueden llevarte a un estado de inmovilidad para resolver tus problemas económicos y caer en el estrés, una cuota de dinero producido por aquello que te lo permita siempre aportará una reducción significativa del estrés financiero.
La tranquilidad financiera se traduce en una mayor sensación de bienestar y nos permite concluir que el dinero sí te da felicidad.
4. Sentir felicidad a tener mayor capacidad de aportar económicamente o ayudar a otros económicamente
Antes de añadir otro concepto que demuestra que el dinero sí te da felicidad, es importante definir qué tipo de ayuda es la mejor para quien deseas ayudar, ya que no todo tipo de desprendimiento económico es bueno ni para quien quieres ni para ti.
El caso más evidente es aquel que sucede con tu dinero cuando inmoviliza a la persona a quien ayudas, ya sea porque le acostumbras a un flujo de dinero sin más, o porque ella no tiene la mayor intención de resolver nada en su vida y ser independiente sino de recibir más y más dinero.
Luego, tu capacidad de ayudar a otros, podría ser evaluada cada vez que estés a punto de desprenderte de algún tipo de ayuda monetaria.
Cuando tenemos recursos financieros, podemos ser más generosos y contribuir a causas benéficas, apoyar a nuestros seres queridos en momentos de necesidad y participar en proyectos de ayuda social. La satisfacción que proviene de ayudar a otros no solo es un acto altruista, sino que también nos aporta una profunda sensación de gratificación y felicidad.
Y si quieres «cerrar el círculo» procura que tu dinero no genere más de lo mismo y esta consecuencia sea negativa, nociva o enfermiza.
5. Sentir la capacidad o posibilidad de resolver gracias a tu nivel financiero
El dinero sí te da felicidad, cuando esta proviene de sentir seguridad de poder resolver lo que desees en tu vida, en el momento en que lo decidas hacer. Este tipo de «poder económico» que no apela al ego, ni a la exposición innecesaria, es un elemento crucial para la felicidad.
Saber que podemos enfrentar crisis inesperadas o situaciones difíciles con recursos financieros nos da una sensación de empoderamiento y confianza en el futuro. Esta seguridad financiera se traduce en una mayor tranquilidad y bienestar emocional.
6. Deja que el dinero se nutra de otros factores relevantes.
El dinero cuando viene a tu vida desde fuentes plenas de felicidad, el dinero que sabes que puedes gastar de la forma que sea pero lo cuidas, el dinero invertido en negocios que te permiten vivir de las ganancias, y así sucesivamente, el dinero como medio, canal, vía, experiencia y más, puede darte felicidad, sin preocuparte de él como tal sino de gestionar adecuadamente los contextos en los cuales lo utilizas.
Por lo tanto el dinero sí te da felicidad cuando el centro de tu vida no es el dinero si no aquello que logras con él de forma positiva.
Una mirada sobre el dinero que vale la pena revisar
Aunque el dinero no es el único factor que influye en nuestra felicidad, es innegable que desempeña un papel significativo en nuestra vida pero debemos ir con él con cuidado para no sentirlo como algo maligno ni mucho menos, o como algo de otros y no nuestro.
Podemos ser perfectamente capaces de hacer todo el dinero que queramos y de forjar nuestro destino desde los objetivos de vida que planifiquemos y cumplamos sin que el dinero sea un bloqueo, al contrario. Es un hecho como hemos visto hoy, que el dinero sí da felicidad, pero hay que tomar en cuenta -con los ejemplos dados- como podríamos recorrerlos y recorrer otros espacios.
La relación entre el dinero y la felicidad es compleja, pero queda claro que el dinero puede contribuir en gran medida a nuestro bienestar. Sin embargo, es importante recordar que la verdadera felicidad proviene de una combinación de factores, que incluyen relaciones saludables, satisfacción en el trabajo y una mentalidad positiva.
El dinero es solo una pieza del rompecabezas, pero, cuando se administra adecuadamente, puede ser una pieza valiosa que mejora nuestra calidad de vida.